Oposición firme a la Ley Marcial en Mindanao
Todo el movimiento revolucionario condena enérgicamente la imposición de la ley marcial y la suspensión del recurso de Habeas Corpus en Mindanao por Duterte, Presidente del GRP. Esto no tiene ninguna justificación. Que la ley marcial se haya impuesto en Mindanao debido a las amenazas de rebelión y terrorismo del llamado Grupo Maute en la ciudad de Marawi es inaceptable.
La declaración de Duterte debe ser denunciada porque da libertad sin restricciones al AFP (Ejército) y a la PNP (Policía) para abusar de sus poderes contra el pueblo. Duterte incluso alienta abiertamente a los soldados para llevar a cabo abusos al decir que responderá por ellos.
Incluso antes de imponerse la ley marcial, soldados y policías han estado abusando de los derechos humanos implacablemente y pisoteando el bienestar del pueblo bajo la declaración de guerra total de Duterte-Lorenzana contra el NPA en febrero pasado. Mediante la imposición de la ley marcial y la suspensión del resurso de Habeas Corpus en Mindanao, el ejército y la policía se han vuelto aún más despiadados con el uso de su poder armado para llevar a cabo una horrible represión, violencia, crimen y corrupción.
Bajo los poderes de la ley marcial, el AFP y la PNP están suprimiendo los derechos civiles democráticos del pueblo con la creación de puestos de control por todas partes y efectuando registros y arrestos sin orden judicial. Todo el mundo es sospechoso hasta que demuestre su inocencia. Intervienen directamente en los conflictos entre los capitalistas y los trabajadores y defienden los intereses de los primeros. Incluso reclaman el poder de censurar a cualquiera que vaya contra su razonamiento.
Cuando se declaró la ley marcial, los militares se volvieron más despiadados en las brutales operaciones contra las personas sospechosas de apoyar a la revolución armada por su defensa activa del bienestar. Se llevaron a cabo sucesivamente bombardeos aéreos y ametrallamientos en Davao del Sur, Bukidnon, Cotabato del Norte y el Valle de Compostela, que están bastante lejos de la llamada rebelión de los Mautes. Oficiales militares se dijeron a sí mismos que «con Ley Marcial o sin ella» continuarán librando operaciones en las comunidades civiles que sean sospechosas de ser territorios del NPA.
Cualquier plan para imponer la ley marcial en todo el país debe ser rechazado con firmeza. El Pueblo va a oponerse con determinación a Duterte si intenta instalarse como un dictador, acabar con las instituciones civiles, negar completamente los derechos civiles regulares y establecer abiertamente un estado fascista y un gobierno terrorista.
Apoyando la guerra total, imponiendo la ley marcial en Mindanao y dando plenos poderes a los militares, las reclamaciones de Duterte de ser de izquierdas, socialista y pro-masas se erosionan. Está en peligro de aislarse del pueblo filipino. En Mindanao, soldados y policías llevan el nombre de Duterte al ocupar las comunidades civiles, al efectuar registros y detenciones y al insultar y reprimir a los trabajadores y campesinos que luchan por la defensa de sus derechos y de su bienestar. Al cumplir la orden de «aplastar las colinas», el AFP pega su nombre en cada bomba lanzada, las cuales causan una destrucción general del sustento del pueblo y del entorno provocando un intenso miedo entre la gente.
La guerra total de la AFP está envenenando la atmósfera en las negociaciones de paz entre el GRP y el NDFP. Esto pone en peligro las conversaciones, especialmente con la exigencia de Duterte de que el NPA declare un alto el fuego antes de proceder con las negociaciones y acuerdos sobre cuestiones sustanciales socioeconómicas y políticas.
Duterte está dando más poderes a los militares. Ha dado más peso a sus amenazas que a los tribunales y otras agencias gubernamentales. El Congreso se convirtió en un mero ornamento cuando se negó a someter a escrutinio la declaración de la Ley Marcial de Duterte. En nombre de la «guerra contra el terror» que ahora se está vinculado a la «guerra contra las drogas», Duterte está usando y esgrimiendo la fuerza militar en todo Mindanao.
En base a esto, la AFP ha llevado a cabo más de medio mes de guerra total que ha resultado en una destrucción general de la ciudad de Marawi y el desastre en la vida y el sustento de más de 200.000 personas. Pese a las súplicas del pueblo, el bombardeo aéreo por helicópteros y aviones de guerra del AFP ha sido implacable contra casas, edificios, carreteras y otras infraestructuras civiles. Casi todos los residentes se han marchado. Al igual que en la destrucción general de la ciudad de Zamboanga en el 2013, se espera la destrucción de la ciudad de Marawi para abrir grandes proyectos de infraestructura. Los ecos de las bombas aún tienen que apagarse, y los grandes compradores burgueses ya han empezado a babear y rodear Marawi.
Lo que comenzó como una ofensiva del régimen de Duterte contra el Grupo Maute está despertando la ira de los líderes Moro a causa de la destrucción despiadada de la vida del pueblo de Marawi. Casi toda la población de Marawi (98%) son Moros. Si la destrucción total de Marawi continúa, la guerra lanzada para «eliminar el terrorismo» será considerada por el pueblo Moro como una guerra contra ellos.
Con la imposición de la ley marcial y al no abordar la cuestión fundamental de la autodeterminación, el régimen de Duterte no podrá controlar la aparición de diversos grupos armados Moro con diferentes objetivos. Históricamente, los grupos revolucionarios, progresistas y antiimperialistas han surgido avanzando en interés del Pueblo Moro. Sin embargo, hay también quienes abrazan una guerra basada en la religión o los que se han reducido al bandolerismo criminal. Si el régimen de Duterte no pone freno al bombardeo, la guerra despiadada y brutal del AFP tendrá éxito en empujar a más gente Moro a tomar las armas y participar en la guerra en lugar de eliminar los grupos de bandidos armados.
En unidad con los pueblos filipino y Moro, el Partido está a favor del cese inmediato de la Ley Marcial impuesta por Duterte en Mindanao y por la restauración del recurso de Habeas Corpus. Los pueblos filipino y Moro también deben unirse contra toda forma de ataques terroristas contra la población civil. Al tiempo que condena los grupos armados que seleccionan y dañan deliberadamente a civiles, también debe condenar enérgicamente el terrorismo de la guerra despiadada de destrucción del AFP contra la ciudad de Marawi.
Ang Bayan
7 de junio de 2017