CPP: El pueblo filipino está preparado para resistir contra el complot de Duterte de establecer una dictadura
Oficina de información
Partido Comunista de Filipinas
15 de octubre de 2017
El hombre fuerte del GRP (Gobierno de la República de Filipinas), Rodrigo Duterte, amenaza sin cesar con establecer una dictadura. El otro día declaró que establecerá «un gobierno revolucionario hasta el fin de mi mandato» para calmar a la disidencia y apropiarse del poder con el fin de eliminar a todo el grupo de gobierno y nombrar sólo a aquellos que no critiquen su mandato. Lo que Duterte quiere, esencialmente, es establecerse a si mismo como dictador con poderes absolutos sin restricciones por parte del GRP ni de ninguna otra ley.
Las amenazas y la ostentación en público son indicadores de su creciente desesperación por aferrarse al poder. Sin embargo, el ruído que Duterte está generando no puede ahogar el clamor por su destitución y la demanda de que se responsabilice por todos los crímenes perpretados en el curso de su triple guerra.
Duterte tiene prisa por fortalecer y consolidar el control del ejército y la policia para construír una dictadura y defenderla por la fuerza através de la represion contra toda forma de disidencia y resistencia.
Duterte busca el beneplácito de Trump, líder del imperialismo estadounidense, y el establecimiento de la seguridad y defensa de Estados Unidos dando libertad de acción a la intervención del ejercito estadounidense en Filipinas y proyectando su poder en el mar del sur de China. Está mostrando, al cien por cien, su subordinación a Estados Unidos.
Duterte quiere echar abajo cualquier obstáculo en su gobierno capitalista burocrático para dar oportunidad sin límites a sus secuaces, sus compadres de la gran burguesía compradora y sus sindicatos criminales favoritos para usar dinero publico y privilegios gubernamentales con el fin de acumular beneficios y riqueza.
Duterte está cada vez más impaciente por llevar a cabo su plan de imponer nuevos impuestos como garantía para nuevos préstamos del Banco Mundial, la AIIB (Banco Asiático de Inversión en Infraestructura) y la ODA (Asistencia Oficial para el Desarrollo) japonesa. Pretende apurar la revisión de la coonstitución del GRP de 1987 para preparar el camino a la liberalización total y a su plan de establecer una forma federal de gobierno que le permita ampliar su mandato. Duterte es consciente de que está perdiendo demasiado tiempo en devolver a sus simpatizantes cientos de millones de pesos en contribuciones de campaña electoral.
Probablemente, en medio de una profunda crisis económica y social del sistema semicolonial y semifeudal dominante, una dictadura de Duterte no durará mucho, incluso si Duterte pudiese ampliar su duración. Contrariamente a su objetivo de apoderarse completamente del poder estatal, una dictadura de Duterte seguramente hará más profundas las fisuras entre las clases dominantes y su régimen, especialmente en las AFP (Ejército) y la PNP (Policía), cuyos funcionarios corruptos mantienen su lealtad a los sectores políticos contrarios a Duterte.
En su amenaza de dar un golpe de palacio, Duterte declaró que lanzará una guerra a «gran escala» contra el New People’s Army (NPA, Nuevo Ejército Popular). De hecho, las AFP no han disminuído su guerra total en todo el país desde el año pasado. En línea con la orden de Duterte de «aplastar las colinas», las AFP han llevado a cabo campañas de bombardeo aéreo contra comunidades campesinas poniendo en peligro vidas civiles. La guerra total de las AFP ha dado lugar a violaciones generalizadas de los derechos humanos en todo el país.
Duterte dijo que está listo para librar otra guerra de 50 años contra el NPA. Dada la aguda crisis del sistema dominante, esto es tiempo más que suficiente para que el NPA derrote a las AFP. No obstante, la realidad es que las AFP y el gobierno reaccionario han fracasado en su intento de eliminar cuanto antes la guerra popular a través de sucesivas campañas de guerra. Tampoco pueden negar el hecho de que durante varios meses, las AFP ni siquiera pudieron acabar decisivamente su limitada guerra en la ciudad de Marawi para sofocar un levantamiento armado del pueblo Moro.
Un golpe de Duterte para establecer una dictadura solo conseguirá unir al pueblo filipino en un amplio frente antidictatorial con las fuerzas democráticas nacionales que sirven como núcleo duro. Tras aprender las lecciones de la dictadura de Marcos, el pueblo filipino está decidido a resistir los planes de Duterte para establecer una dictadura fascista. El pueblo no se siente perturbado por sus amenazas de «arrestarlos a todos». Al contrario, quieren que Duterte sea arrestado para asumir su responsabilidad por todos los crímenes que ha perpetrado contra el pueblo.